That's the living

Y no entiendo los sueños, ni por qué me despierto asustada en mitad de la noche. No sé bien lo que algunas personas pintan por mi cabeza, ni qué hago cotilleando la red social de quién no debo. También desconozco si estamos bien juntos. Ni por qué de repente toda la música me acompaña... Gijón da para bastante, por lo menos para reflexionar sobre qué estoy haciendo yo aquí, y para recordar otros momentos, que parecían merecer la pena, pero sólo eran eso, momentos. Gijón me recuerda una parte buena, la sugestionable, la de los años dulcificados. He recordado, y me ha gustado recordar... Por eso dejo de lado las comparaciones. Gijón me lleva a Valladolid, y Valladolid a Salamanca... Son curiosos los recuerdos, que se van encadenando... hasta parecer que no lo son, hasta no tener que ver con nadie, sólo con las sensaciones, las mejores, aquellas que superan la realidad para convertirse en ficción, o eso necesito creer...


Qué mierda crecer, y no saber querer(se)... siempre esperando a ser mejor, a estar mejor, a encontrar la oportunidad... para que no llegue nunca, incapaz de aprender a disfrutar ahora, con o sin sueños, porque el pasado esta muerto, el presente va en camino y atrás es una palabra que debería ser borrada de mi mente.

Hoy la moneda ha dicho cara. Yo siempre elijo cruz.

Esto no es lo que quiero.



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