Entradas

Mostrando entradas de 2010

That's the living

Imagen
Y no entiendo los sueños, ni por qué me despierto asustada en mitad de la noche. No sé bien lo que algunas personas pintan por mi cabeza, ni qué hago cotilleando la red social de quién no debo. También desconozco si estamos bien juntos. Ni por qué de repente toda la música me acompaña... Gijón da para bastante, por lo menos para reflexionar sobre qué estoy haciendo yo aquí, y para recordar otros momentos, que parecían merecer la pena, pero sólo eran eso, momentos. Gijón me recuerda una parte buena, la sugestionable, la de los años dulcificados. He recordado, y me ha gustado recordar... Por eso dejo de lado las comparaciones. Gijón me lleva a Valladolid, y Valladolid a Salamanca... Son curiosos los recuerdos, que se van encadenando... hasta parecer que no lo son, hasta no tener que ver con nadie, sólo con las sensaciones, las mejores, aquellas que superan la realidad para convertirse en ficción, o eso necesito creer... Qué mierda crecer, y no saber querer(se)... siempre esperando a ser

Cierra los ojos. Pide un deseo.

Be my friend... Hold me... Wrap me up... Unfold me... I am small... And needy... Warm me up... And breathe me... 28 de Septiembre, 2010. 29 años.

Desaparecer

Imagen
Sería terrible vivir sin música, decían hace tiempo en una emisora de radio… si la música no me hubiera acompañado, hay momentos en los que no sé qué hubiera sido de mí… Esta tarde de domingo, por ejemplo. Estoy buscando la adecuada, deprimente y a la vez esperanzadora canción, para no acabar hundiendo mis pies en el fango. Una y otra vez. Con esa capacidad innata que tengo para hacer desiertos de los granos de arena, me cuesta cada día más plantearme ese futuro esperanzador. Ilusión es una palabra que va perdiendo significado. Estoy triste, que no es novedad, pero triste sin ganas, que es un poco peor. Porque hay problemas que no tienen solución, qué duro aceptarlo. Voy a colgarle la pegatina de depresión, que está muy de moda y es un poco multiusos, a ver si así también ella queda al descubierto. No sé qué puedo hacer con la vida, muy simple. ¿Me habré dado cuenta? ¿Esto no es una serie americana para adolescentes? chica avispada, sólo me ha costado 15 años de retraso asomar la cabez

Last days of summer

Túnez y Portugal fueron mis destinos este verano. Un cambio de aires siempre viene bien, aunque lleves la tristeza en la maleta y el lugar termine contagiándose… Ha habido bodas, y despedidas… esas cosas de la edad, de los demás. Mi edad vive en un universo paralelo, donde la sola idea le echa a temblar. A lo mejor ese es el problema, soy tan cobarde que llego a asustarme. ¿Y el vacío? ¿Seré yo la culpable? pero los cobardes no sabemos luchar. Siguen sorprendiéndome los cambios, y las apariencias, cuando la realidad deja de ser la sombra del recuerdo… qué diferente se vuelve todo. Por suerte estoy vacunada contra la decepción, y esa culpa no me corresponde. Necesitaba el comienzo del curso, ocupar la mente en algo nuevo, aunque no implique olvidar lo viejo. Buscaré remedios, pequeños, porque los otros quedan demasiado grandes para enfrentarlos… Nothing I am Nothing I dream Nothing is new Nothing I think or believe in or say Nothing is true

No hay nostalgia peor...

Imagen
(que añorar lo que nunca jamás sucedió) Debo ser de lo más lamentable, porque precisamente es lo que echo de menos, las cosas que no han pasado pero sé a lo que sienten, y es demasiado triste no poder... El tiempo se despide. Yo me quedo buscando qué decir... y los propósitos que se cumplen son los que escapan de mis manos, los que no se controlan. Eso es lo que destroza, no poder controlar, no saber cómo hacerlo, no aprenderlo en todos estos años... No tengo claro si alguna vez existieron esos abrazos anestesiantes... tampoco si lo que tu significaste fue real. Me gustaría que la arena dejara de caer continuamente, para buscar una forma de averiguarlo, la certeza del sí puedes, de una posibilidad tangible, de una oportunidad sin letra pequeña... y sin que mi propia cabeza jugara en contra.

El tiempo pasa...

Y pasa para todos... Cuando estaba en el instituto me preguntaron, en uno de esos test psicológicos que te hacen antes de ir a la Universidad, dónde me veía dentro de diez años, yo contesté que prefería no mirar... Hoy han pasado más de diez, y no me lo creo, no lo podré creer nunca. He llegado hasta aquí casi sin pensarlo, dejando que el tiempo se sucediera sin entender lo terriblemente rápido que pasa... tengo la sensación de que hay momentos que van a regresar, porque no puedo asumir que se hayan esfumado ya, para siempre. Recuerdo mis años de universidad en Valladolid como si los hubiera vivido hace dos días, como si quedara mucho por pasar. Me veo volviendo a la residencia, pensando en terminar la carrera... me veo en demasiadas situaciones diferentes, que siguen incompletas, y ya nunca existirán. Cuando las cosas llegan a su final, cuando una etapa se acaba para siempre, la mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que eso significa. No aceptamos, al menos yo no lo hago

Alta Fidelidad

Las tardes de antibiótico y descanso obligado sirven para recordar películas que merecen la pena, y sus diálogos, que dicen (casi) todo: - Esa otra chica o las otras mujeres no importan, creo que sólo son fantasía, y... siempre parecen ideales porque nunca hay problemas, y sí, los hay, aunque muy tontos como el que nos hemos comprado el mismo regalo de Navidad o que ella quiere ir a ver una peli que ya he visto y bueno... luego llego a casa y tú y yo tenemos problemas de verdad y no quieres ver la misma peli y punto. Y no hay lencería y... - Yo tengo lencería... - Ya lo sé, una lencería estupenda pero también tienes esas bragas de algodón que has lavado miles de veces y que cuelgas en la ducha y... ellas también, pero yo no la veo porque no está en mi fantasía, ¿lo entiendes? Estoy harto de fantasías porque no existen y nunca hay sorpresas de verdad y además no... - ¿Te llenan? - Te llenan. Exacto. Estoy harto. Estoy harto de todo lo demás pero no me harto de ti... así que...

La mecánica del corazón

Imagen
“ Primero, no toques las agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercero y más importante, no te enamores jamás de los jamases. Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo” Es uno de mis regalos (gracias, Cris), un libro de Mathias Malzieu. He vuelto a recordar, mismo día de Reyes, un año atrás... la melancolía no es asunto de estas fechas, es mi tendencia natural. Las agujas del reloj no se han parado en todo este tiempo, aunque lo parezca. Quizás yo también sigo cambiando, me pregunto si alguna vez dejaré de hacerlo. Estoy cansada, y demasiado confusa para buscar palabras, luchando contra las pequeñas miserias de cada día, como siempre, dirás, y no puedo negarlo. Me gustaría incluirte en mi vida, enseñártela, o una pequeña parte de ella... contarte las nimiedades que se vuelven importantes... me gustaría que se te escapara la sonrisa esperando que lo hicie