Alta Fidelidad

Las tardes de antibiótico y descanso obligado sirven para recordar películas que merecen la pena, y sus diálogos, que dicen (casi) todo:

- Esa otra chica o las otras mujeres no importan, creo que sólo son fantasía, y... siempre parecen ideales porque nunca hay problemas, y sí, los hay, aunque muy tontos como el que nos hemos comprado el mismo regalo de Navidad o que ella quiere ir a ver una peli que ya he visto y bueno... luego llego a casa y tú y yo tenemos problemas de verdad y no quieres ver la misma peli y punto. Y no hay lencería y...

- Yo tengo lencería...

- Ya lo sé, una lencería estupenda pero también tienes esas bragas de algodón que has lavado miles de veces y que cuelgas en la ducha y... ellas también, pero yo no la veo porque no está en mi fantasía, ¿lo entiendes? Estoy harto de fantasías porque no existen y nunca hay sorpresas de verdad y además no...

- ¿Te llenan?

- Te llenan. Exacto. Estoy harto. Estoy harto de todo lo demás pero no me harto de ti... así que...

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