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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Tomás.

Va ya para 10 meses de aquella “tarde tonta”. La tarde en la que al volver a casa encontré el llanto de mi hijo, la cara desencajada de mi madre y mi padre echado en su cama… Una ambulancia que llega tarde porque se ha perdido, una doctora a falta de humanidad y unos señores custodiando una habitación durante horas. Hasta que llegó el forense. Así te llevaron. Y todavía no has vuelto. No has vuelto para cuidar de tu nieto y tocarle el rabel. Ni para bromear con tu mujer y tomar juntos el café. No has vuelto a escribir correos a tu hijo ni a llamarlo por teléfono. No ha habido más discusiones con tu hija, pero tampoco esas grandes conversaciones. No te sientas frente al ordenador ni escribes en tu diario. “Es preferible reír que llorar, y así la vida se debe tomar, los ratos buenos hay que aprovechar, si fueron malos mejor olvidar”... Ya no tarareas ninguna canción. Te llevaron… y no te dejaron quedarte un poco más, para seguir en esta vida, de la que tanto te costaba tira