The End Is The Beginning Is The End

Argentina...
Argentina ha cumplido con mis expectativas, totalmente...

No era difícil, porque mi sugestión ha contribuido a ello, pero el factor suerte también nos ha favorecido.
Tengo que agradecer la compañía, que ha sido un motivo fundamental. Es genial viajar cuando se hace con alguien que facilita todo, y que sabe encontrar la fórmula para resolver los problemas con tranquilidad y optimismo.
Da gusto tener amigos así... a veces dudo de ellos, pero quiero estar equivocada. Quiero creer que están ahí, aunque los cuente con los dedos de una mano (y me sobren dedos) Me gusta su presencia, sus charlas, su intención de cambiar mi punto de vista, siempre para mejor, y esas dosis de autoestima que a veces tanto necesito, rescatándola de las profundidades donde suelo tenerla enterrada.
Argentina, o el viaje, ha sido un motivo de reflexión. Para pensar las cosas con mucha calma y medir los límites de mis acciones, de lo que para mí es un juego y de lo que va más allá... Hay más posibilidades de las que mi cabeza se plantea, así que he de aprender a tomar el control, a ser consciente de las consecuencias de cada una.
De Argentina me llevo muchas cosas buenas... entre ellas el recuerdo de cada lugar que he visitado; las impresionantes cataratas de Iguazú pero, sobre todo, la sensación de familiaridad y cercanía que he sentido paseando por las calles y “lugares queribles” de Buenos Aires, su oferta cultural, su gastronomía... y esa tonada que tanto me apasiona. Me llevo también la alegría de haber afianzado una amistad, la amabilidad con que nos ha tratado la gente que nos hemos ido encontrando y las personas que he conocido, con las que hemos vivido momentos únicos.

Pero Argentina, o este viaje, también ha supuesto un antes y un después para mí, en más de un sentido...
Me ha servido para salir de la burbuja, para darme cuenta de que esto no es todo, y que no es lo que quiero. Que hay más, o puede haberlo... y tengo que intentarlo. Porque esta vida no es el ensayo (aunque no estaría de más poder tener uno) y no siempre hay segundas oportunidades.
Tampoco puedo arrastrar en mi camino a gente que no merece sufrir mis derrotas. No puedo comportarme siempre como una niña caprichosa y egoísta...
Así que, después de muchas vueltas, esta relación de más de cuatro años se ha terminado. Duele. Pero es inevitable.
Aún así creo que es la decisión adecuada, para los dos. Prolongarlo hubiera tenido menos sentido.
Lo echo de menos, lo quiero mucho. Pero este final era necesario.

The last day of summer never felt so cold...

The last day of summer never felt so old...

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